28 de abril de 2011

POTABILIZACIÓN DEL AGUA

El sistema de potabilización del agua es actualmente de una importancia fundamental conociendo lo que este indispensable recurso significa para el desarrollo de la humanidad y con todo lo que implica en la salud de cada ser viviente, es por ello que quisimos reflejar básicamente como es el indispensable proceso que la lleva a convertirse de agua cruda en agua potable.
En esta oportunidad fue con motivo de la visita técnica que pudimos hacer en la Planta potabilizadora Gral. San Martín de Agua y Saneamientos Argentinos (Aysa). Esta planta fue inaugurada en 1913 y su sistema de potabilización es básicamente universal a lo largo del proceso que se realiza en un predio de 28,5 hectáreas y con una producción de 3.160.000 m3 por día para una población abastecida de alrededor de 6.000.000 de habitantes.
La captación del agua cruda del río se realiza en la Torre Toma N° 3 que tiene forma octogonal, protegida por rejas y a 1200 metros de la costa donde hay una de las cuencas acuíferas más grandes del mundo que cuenta con agua superficial con materia orgánica, partículas de turbiedad y microorganismos que serán ingresados en la planta a través de conductos de 5,40 metros de diámetro, la cual es recibida por 13 bombas elevadoras que justamente elevan el agua 10 metros sobre la cámara de entrada para que su recorrido en la planta se realice por gravedad.
Es necesario agregar que la arcilla que contiene el río se encuentra en estado coloidal con carga negativa, por lo que el paso siguiente es la coagulación con el agregado de diversos coagulantes como el cloruro férrico, el sulfato de aluminio o el policloruro de aluminio con carga positiva, estos la desestabilizan y forman coágulos llamados flocs y al agregar un polielectrolito aumenta el tamaño de estos flocs, produciendo su sedimentación con lo que será mucho más fácil de decantar; a este proceso se lo denomina floculación.
Desde ese instante comienza la decantación en las piletas decantadoras que tienen un tamaño de 100 metros de largo por 30 metros de ancho, en las que el avance del agua mezclada con el coagulante permite la precipitación de los flocs eliminándose en este proceso el 90 % de la arcilla y el 95 % de las bacterias que se controlan por medio de los controles de calidad del laboratorio de planta que hay en cada sector.
El paso siguiente será la filtración, en la que 130 filtros serán los encargados de retener las partículas que puedan haber escapado de la decantación en piletas con mantos de arena que se encargan de retener a esas partículas de turbiedad atravesando posteriormente unas boquillas especiales.
Luego tendrá lugar la desinfección del agua por medio del agregado de una dosis de cloro a las reservas con el fin de eliminar los microorganismos o materia orgánica que puedan haber llegado hasta ese punto y finalmente será el turno de la alcanización, o sea la dosificación de cal con el fin de disminuir la acidez provocada por el agregado del coagulante, el cual será controlado por los laboratorios de la planta.
Finalmente ya corregido su pH, todo el agua que se encuentra en la reserva ya reúne las características de agua potable con las estrictas condiciones de consumo, por lo que se procede a la distribución mediante ríos subterráneos que son cañerías de hasta 4,5 metros de diámetro que llevan el agua por gravedad hacia 15 estaciones elevadoras de modo que los 3.160.000 m3 por día de agua potable son enviados por la ciudad para finalmente ser consumida en los hogares.

Taller de Agua Mineral

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